viernes, 21 de marzo de 2008

Infección del riñón; Infección complicada de las vías urinarias; Infección renal; Pielonefritis aguda

Definición

Es una infección del riñón y de los conductos que sacan la orina del riñón (uréteres).

Causas, incidencia y factores de riesgo

La pielonefritis se presenta con más frecuencia como resultado de una infección urinaria, particularmente en presencia de reflujo de orina ocasional o persistente de la vejiga hacia los uréteres o la pelvis renal (reflujo vesicoureteral).

La pielonefritis puede ser clasificada de la siguiente manera:

  • Pielonefritis aguda no complicada (desarrollo súbito de inflamación renal)
  • Pielonefritis crónica (una infección prolongada que no se resuelve)

Aunque la cistitis (infección de la vejiga) es común, la pielonefritis se presenta con mucha menos frecuencia. El riesgo aumenta si existen antecedentes de cistitis, necrosis papilar renal, cálculos renales, reflujo vesicoureteral o uropatía obstructiva.

El riesgo también aumenta cuando existen antecedentes de infección urinaria crónica o recurrente y cuando la infección es provocada por un tipo de bacteria particularmente agresiva.

La pielonefritis aguda puede ser severa en los ancianos y en las personas que se encuentran inmunodeprimidas (por ejemplo aquellos que tienen cáncer o SIDA).

Síntomas

* Algunas veces, en las personas de edad avanzada, los cambios mentales o la confusión son las únicas señales de una infección urinaria.

Signos y exámenes

Un examen puede mostrar sensibilidad con la palpación (presión) del riñón.

  • Un análisis de orina comúnmente revela glóbulos blancos (GB) o glóbulos rojos (GR) en la orina.
  • Un cultivo de orina de una muestra limpia o un cultivo de orina (muestra cateterizada) pueden revelar bacterias en la orina.
  • Un hemocultivo puede mostrar una infección.
  • Un pielograma intravenoso (PIV) o una TC abdominal puede mostrar riñones agrandados con un flujo pobre del medio de contraste a través de los riñones. La PIV y la TC abdominal también pueden indicar trastornos subyacentes.

Las anomalías subyacentes del riñón que ponen a un paciente en alto riesgo de padecer pielonefritis aguda pueden descubrirse por medio de otros exámenes y procedimientos adicionales, incluyendo los siguientes:

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento son controlar la infección y reducir los síntomas. Los síntomas agudos por lo general desaparecen en 48 a 72 horas después del tratamiento adecuado.

Debido a la alta tasa de mortalidad en la población de edad avanzada y al riesgo de complicaciones, se recomienda realizar un tratamiento oportuno.

Después de obtener un urocultivo para identificar las bacterias, se seleccionan los antibióticos para tratar la infección.

MEDICAMENTOS:

Inicialmente, pueden emplearse antibióticos intravenosos (IV) para controlar la infección bacteriana, si ésta es severa o si el paciente no puede tomar antibióticos por vía oral. En casos agudos de pielonefritis, se pueden administrar antibióticos entre 10 y 14 días.

La pielonefritis crónica puede requerir terapia antibiótica a largo plazo y es indispensable que el paciente termine la terapia completa de los antibióticos prescritos. Entre los utilizados más comúnmente están:

  • Medicamentos sulfa como el sulfasoxazol/trimetoprima
  • Amoxicilina
  • Cefalosporinas
  • Levofloxacina y ciprofloxacina

El daño renal permanente se puede presentar rara vez a causa de estas infecciones cuando éstas son crónicas, cuando ocurren en un riñón transplantado o cuando se presentan infecciones múltiples durante la lactancia o la infancia. La lesión renal aguda (insuficiencia renal aguda) se puede presentar cuando una infección es tan severa que ocasiona shock (presión sanguínea baja). Los episodios severos de la lesión renal aguda pueden provocar daño renal permanente y llevar a enfermedad renal crónica.

Los bebés, las personas de edad avanzada y las personas inmunocomprometidas se encuentran en alto riesgo de desarrollar sepsis (una infección sanguínea severa) y shock. A menudo, este tipo de personas deben ser hospitalizadas para hacerles un control frecuente de problemas potenciales, para administrarles antibióticos y líquidos intravenosos y otros medicamentos si es necesario.

MONITOREO:

En los pacientes diabéticos, en las mujeres embarazadas y en las personas con parálisis medular, el seguimiento debe incluir un urocultivo al completar la terapia antibiótica para asegurarse de que no se vuelvan a presentar bacterias en la orina.

Pronóstico

La mayoría de los casos de pielonefritis mejoran sin complicación después del tratamiento. Sin embargo, es posible que el tratamiento deba ser agresivo o prolongado. Si se presenta sepsis, ésta puede ser mortal.

Complicaciones

Situaciones que requieren asistencia médica

Se debe buscar asistencia médica si se presentan síntomas que sugieren pielonefritis.

Si la persona tiene pielonefritis y desarrolla nuevos síntomas, en especial disminución del gasto urinario, fiebre alta y persistente o dolor severo en el flanco o en la espalda, debe buscar asistencia médica.

Prevención

El desarrollo de muchos de los casos de pielonefritis se puede prevenir con un tratamiento oportuno y completo de la cistitis (infección de la vejiga). La infección urinaria crónica o recurrente debe tratarse minuciosamente debido a la posibilidad de infección renal.

CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA:

Las medidas preventivas pueden reducir los síntomas y evitar la reaparición de la infección. El hecho de mantener limpia el área de los genitales y recordar limpiarlos de adelante hacia atrás puede reducir las probabilidades de llevar bacterias a la uretra desde el área rectal.

La micción inmediatamente después de una relación sexual puede ayudar a eliminar cualquier tipo de bacterias que se puedan haber introducido durante el contacto. El hecho de postergar la micción durante mucho tiempo puede darle tiempo a las bacterias para que se multipliquen, por lo que la micción frecuente puede reducir los riesgos de sufrir cistitis en las personas que son propensas a las infecciones urinarias.

DIETA:

Incrementar la ingesta de líquidos (64 a 128 onzas o 1.800 a 3.800 ml diarios) estimula la micción frecuente que elimina las bacterias de la vejiga. El consumo de jugo de arándano evita que ciertos tipos de bacterias se adhieran a la pared de la vejiga y puede reducir las posibilidades de infección.

REFERENCIAS

MEDLINE. Enciclopedia Médica. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/encyclopedia.html2006

2006